Maldito Consumo: EXPROPIACIÓN Y DESFORESTACIÓN.

Siempre se habla de la ecuación desarrollo-bienestar para resolver el problema del impacto de medidas económicas o de cualquier otra índole que puedan afectar las maneras en que vivimos nuestras vidas. Dicha ecuación busca un equilibrio entre las consecuencias de las medidas que se quieren adoptar y las mejoras que éstas van a significar para la población. La expropiación de una parte de nuestra comuna para la construcción de un corredor vial en Avenida Departamental es de aquellas medidas que se deben analizar desde más de una perspectiva para así determinar su verdadero impacto (desarrollo-bienestar). Lo primero, obviamente, corresponde a los directamente afectados con dicha medida, como lo son los expropiados. En ellos se aplica la “justa” medida de retribución de la indemnización. ¿Pero, hay una discusión más allá?. El que debamos soportar las obras de construcción de un proyecto como el que se realizó en Avenida Santa Rosa ya es complicado, entendiendo que ésta generará un polución y un empobrecimiento de nuestra calidad de vida que para quienes vieron como se desarrolló dicho proceso es a lo menos preocupante. Pero la atención debería estar en su impacto a largo plazo. Desde una perspectiva local, el ensanchamiento de Avenida Departamental no nos trae ningún beneficio. Es más, creo que serán más nuestros problemas, por ejemplo, para lograr cruzar esta calle o para desplazarnos por ella. Así por lo menos ocurrió con Avenida Santa Rosa, donde los cercos, las vías exclusivas para Transantiago y la cantidad de vehículos circulando terminó con la vecindad que pudo existir entre los vecinos de “enfrente”. ¿A quien beneficia entonces la construcción de una superavenida?, no ha nosotros por lo menos. Por ello quizás la discusión debería centrarse no tan solo en la franja de terreno que le quitarán a unos vecinos, sino también en como nos deberían compensar por estropear nuestras vidas y no de habló de dinero. Porque sucederá que quitarán el bandejón central de una de nuestras principales calle y en ella existe un importante número de arboles, de esos que tanto hacen falta en una comuna tan poco amigable con lo ecológico como la nuestra.

Desde Avenida Clotario Blest hasta la Autopista Central hay solo en dicho bandejón 157 arboles que desaparecerán y que a nadie les parece importar. ¿Por qué deberíamos soportar tal alteración de nuestro entorno si este proyecto no nos significa mejora alguna para nosotros?. Ya pasó con las autopistas y la transformación del entorno de nuestra comuna, las que constituyen verdaderos cercos segregadores, por lo que el llamado es nuevamente a todos para que se apliquen aquellas medidas que si se tratará de una comuna pudiente de Santiago ya se habrían aplicado: las famosas medidas mitigadoras. Haber si alguna de nuestras autoridades piensa un poco más de lo mínimo exigible y se ocupa de esta situación.