Maldito Consumo: Los Ricos Pobres

Las últimas semanas el debate sobre el curso de nuestra economía ha sido tema central en noticieros y periódicos lo que nos ha bombardeado de conceptos y frases que poco entendemos o que simplemente no nos interesan mientras no signifiquen un alivio a nuestros precarios presupuestos. Así las cosas, a todos nos llamó la atención la propuesta de rebajar el impuesto a los combustibles hecha por el gobierno en tiempos en que lo único que se escuchaba eran noticias sobre el alza de tal o cual cuestión, pero más sorpresa causo aún la denuncia que el vocero de gobierno hizo contra la Cámara Chilena de la Construcción respecto del lobby que dicha institución realizó para que el proyecto de ley no fuera aprobado en la comisión de hacienda del senado. Y resultó que no se aprobó, por lo menos en los términos que fue presentado por la presidenta. Con el voto en contra de los DC el ministro de hacienda se vio obligado a enmendar el proyecto, modificándolo en lo relativo a la baja de la franquicia de las empresas constructoras que les permite recuperar el IVA pagado con ocasión de la construcción de viviendas, aumentando la brecha de beneficiarios, como lo solicitaba en su lobby la CCHC. Esta institución dirigida por una tal Rafael Ovalle, sostenía que eliminar dicho beneficio en la construcción de viviendas desde las 2.000 UF, como lo proponía el gobierno, afectaba directamente a la clase media chilena la que según sus palabras hoy en día esta para pagar hasta $40.000.000.- o más por una casa propia. Logró entonces que la franquicia se mantuviera para viviendas de hasta 3.000 UF, esto es, algo más que $53.000.000.-, lo que representa para quienes votaron en contra del proyecto original la vivienda a la que cualquier familia de clase media en nuestro país puede optar. Que va a pasar con dicho proyecto de ley cuando se vote en sala, no se sabe, pero si se puede concluir que ganaron obviamente las constructoras y que perdió el país, pues hay una menor recaudación de impuestos para destinar a los programas sociales. Con este tipo de representantes no necesitamos enemigos.

El ejemplo trasandino

Hace unos días el gobierno argentino cerró el registro de exportaciones de trigo por considerar que los volúmenes ya comprometidos al exterior eran suficientes y dejar salir más trigo del país podría significar durante este año un alza en el precio interno lo que repercutiría en un alza en el precio de sus derivados como el pan. El mecanismo es el siguiente: existe un registro nacional de contratos de venta de trigo manejado por el gobierno en el que cada uno de los productores deben informar sus ventas al exterior. Y si, como efectivamente ocurrió, existe peligro de que los precios se disparen, el gobierno toma la decisión de cerrar dicho registro asegurando el abastecimiento interno. Hoy en Chile se esta comprando trigo norteamericano y los expertos anuncian que el consumo de pan en nuestro país va a bajar por el precio que se espera alcance en las próximas semanas, el que superará los $1.000.- el kilo.

¿Que es lo que nos diferencia de ellos y de todos nuestros países vecinos?. Pareciera que solamente nuestra tolerancia a lo intolerable. Y es que el manejo de la economía local por nuestros “representantes” nunca tiene como parámetro nuestros bolsillos ni el desarrollo equitativo de nuestro país, si no que únicamente los intereses creados de ciertos grupos económicos y las metas cortoplacistas con ribetes populistas de nuestros gobernantes. Nadie parece capaz de poner límite al lucro cualquiera sea su origen o los medios con los que se procura, menos se asumen responsabilidades. La actuación del nuevo contralor es un ejemplo palpable. ¿Quién sabía de la Contraloría General de la República antes de que asumiera el nuevo contralor?, ¿alguien sospechaba siquiera de sus atribuciones?. No lo creo, y ahí un claro ejemplo de cómo cuando se ejercen las funciones y los derechos que nosotros delegamos en quienes nos dirigen, pareciera que las cosas mejor andan, o por lo menos se transparentan. Nuestra tolerancia nos deja en manos de personajes miopes, lacayos de este sistema que solo los favorece a ellos e ignorantes de la realidad de ese millón de chilenos que ganan el sueldo mínimo cuando el estado nunca había contado con más recursos como ahora gracias al precio internacional del cobre.

Y de ahí viene la paradoja que muy bien decía un economista en relación con nuestro país, y es que éste es el país de los ricos pobres. Lo de rico viene de los espectaculares recursos que el país ha conseguido con la venta de nuestro cobre durante los últimos dos años y lo de pobre por lo poco que se avanzado en ese tiempo en materia de educación, tecnología, la poca profundidad de nuestra democracia, el nivel de vida, incluida la sensación de inseguridad, y todos aquellos elementos que en algún momento nos deberían promocionar como una país del primer mundo sumado al alza sostenida de los precios de los bienes más básicos como los alimentos y combustibles. Entonces las metas de diversificar las exportaciones, de aumentar la innovación, de superar la pobreza, de igualar la educación de nuestros niños, etc., quedan en nada y seguimos siendo simplemente unos ricos pobres.

Por Maldito Consumo.

Fotos: Eduardo Leiva.