jueves, 15 de noviembre de 2007

Columna de Maldito Consumo: EL VALOR DEL DINERO



El precio del dinero está referido al esfuerzo para obtenerlo, después de todo es un bien más: el más perseguido de los bienes. Tradicionalmente son dos las vías para adquirirlo. El primero, es el trabajo, donde el esfuerzo y tiempo del empleado es correspondido por un salario o remuneración. El segundo, es a través del acceso al sistema financiero. En éste, el precio del dinero ha estado relacionado tradicionalmente con el spread o diferencia de tasas que se aplican a las colocaciones y las captaciones. Las primeras la constituyen los dineros que la empresa bancaria o financiera en general coloca en circulación, siendo el principal vehículo para ello, el otorgamiento de préstamos, el segundo, corresponde a los dineros que la empresa financiera capta desde sus usuarios. Tradicional operación de este tipo, es el ahorro. Así, la empresa financiera sirve de intermediario entre quienes tienen dinero y quienes lo necesitan y el spread o diferencias de tasas ha sido tradicionalmente señalado como su principal fuente de ingreso y decimos tradicionalmente pues hoy dicha regla es a lo menos cuestionable, por la importancia de las comisiones en las utilidades de la industria financiera. El quantum de esta diferencia de tasas esta determinada por distintas causales, siendo la más importante, a lo menos en la teoría, la competencia entre los actores del sistema financiero. Pero eso solo son buenas declaraciones. La realidad es, a lo menos en nuestra jungla financiera, que son los más pobres los que solventamos las excesivas utilidades de los bancos. Sólo a agosto de este año las utilidades del sector bancario alcanza US$1.191.000.000.-…



¿Quién paga estas utilidades?, pues bien principalmente los más pobres. Para confirmar esta afirmación tomaremos las estadísticas que maneja la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras respecto de las tasas de interés que cobran los principales bancos e instituciones financieras que funcionan en nuestro país, y haremos una división entre aquellos que trabajan con los sectores de mayores ingresos y aquellas instituciones que se proyectan hacía la población con menos recursos. En promedio las primeras por un crédito de consumo de $1.000.000.- en la primera semana del mes de septiembre cobraron un interés anual de un 23,67%, las otras, las llamadas “Divisiones Especializadas” por la propia Súper, cobraron un 44,72%. La justificación tradicional dentro de estos operadores para tan descarado diferencial es el alto riesgo que deben soportar las “Divisiones Especializadas”, lo que se traduce en morosidades e incumplimientos, pero se olvidan que éstos constituyen la mayoría de los usuarios del sistema financiero y quienes más necesitan del crédito. Negocio redondo, pues el precio del dinero para quienes menos tienen es casi el doble que para aquellos a quienes les sobra, lo que hace pensar, y así lo creemos nosotros, que lo único determinante es la demanda por el dinero. Quienes más lo necesitan más deben pagar por ello. Es justo, claro que no, ni aún en un sistema tan liberal como el nuestro, porque una vez más las reglas del mercado se traducen en una discriminación sostenida e incluso aplaudida por algunos. El precio del dinero para lo pobres es mayor que para quienes más tienen, demasiada libertad o usura institucionalizada, quien sabe, pero lo que si es claro es que a estas divisiones especialidades les falta un apellido: “del Robo”.

MALDITO CONSUMO.

No hay comentarios.:

Quienes somos.... AHHH?

Somos El Popular, el diario de la PAC, forjado entre distintas organizaciones y sujetos de Pedro Aguirre Cerda en junio del 2006, como forma de fomentar la organización y la participación en torno a las necesidades.